Seis horas apenas para los seis niños
que vuelan como arena en el desierto;
con ese cuerpo diminuto y desertor
como tú cuando te escurres de mis manos;
y me miras con ojos de ave,
y me tocas con cuerpo de agua
formando un balanceo poético
que me hace ser ave para ir por ti.
Ahí con esas alas que se me hacen de papel
y giran con la fuerza de un remolino,
ahí es que me convierto en aire,
ese aire que besa tu pubis,
rosa minerva que da luz a mis hijos,
a mis sueños y a mis ganas de amar…
Entonces, es ahí donde los seis minutos
están sobrando para amarte
porque solo bastan las sonrisas,
de esos seis niños
y apenas seis minutos
para conquistarte en totalidad
porque eres inevitable de amar.
----
De: Del amor y otras magnitudes.